INTERVENCIÓN EN LA ASAMBLEA PARLAMENTARIA DE LA OTAN.
EL IMPACTO DE LA COVID 19 EN LAS MUJERES DE LA REGIÓN MENA
Alicia Cebada Romero
20 de noviembre de 2021
El Contexto
La pandemia en todo el mundo ha
exacerbado las desigualdades y ha tenido, en particular, un efecto negativo en
la igualdad de género. La región MENA no es una excepción, sino todo lo
contrario, lo que ha ocurrido allí constituye una demostración clara del
impacto que el COVID 19 ha tenido en las mujeres[1].
La situación de partida no era
óptima. Las reglas patriarcales están firmemente establecidas en la región y
limitan las oportunidades de las mujeres. Hay que referirse a los códigos de
familia en los que la mujer está subordinada al varón. En algunos países de la
región se mantienen prácticas que constituyen auténticas violaciones de los derechos
humanos, como la mutilación genital femenina o los crímenes de honor, el
matrimonio infantil o forzado, o la violencia machista, incluyendo la violencia
sexual.
Frente a este contexto hostil
para las mujeres, éstas se han organizado y los movimientos sociales feministas
se han desarrollado con fuerza. Las mujeres y sus organizaciones realizan una
labor fundamental en el ámbito de la sociedad civil, cubriendo las lagunas de
los Estados.
La realidad, sin embargo, es que
las mujeres se están encontrando con grandes dificultades para impulsar una
agenda centrada en la igualdad. Los movimientos de mujeres impulsaron procesos
de democratización que luego no respondieron a las expectativas de esas
mujeres.
En el Norte de África, las primaveras árabes alimentaron la expectativa de transformación de los liderazgos políticos y las mujeres desempeñaron un papel relevante en la impugnación de los regímenes autoritarios en sus respectivos países[2]. Activistas de derechos humanos, abogadas, periodistas, ciberactivistas, tomaron las calles y llamaron desde las redes sociales a la resistencia contra el despotismo. Los movimientos de mujeres en Túnez, Egipto, Libia o Yemen estuvieron en primera línea de la lucha por la democracia[3]. Lo mismo ha pasado más recientemente en Sudan.
Sin embargo, el balance de las
primaveras árabes no puede ser calificado como positivo ni para la democracia,
ni para los derechos de las mujeres, ni para los derechos humanos en general,
así como tampoco para la paz.
Túnez era el caso más exitoso y
aunque se ha avanzado en lo relativo a la igualdad entre hombres y
mujeres, las mujeres deben seguir
reclamando la derogación de normas de Derecho de familia discriminatorias, como
las que regulan los derechos hereditarios[4].
En todos los demás países, las expectativas y esperanzas se han visto
profundamente defraudadas. En Egipto y Bahrein, se silencia y persigue a la
disidencia con detenciones arbitrarias, torturas y otros crímenes. Libia, Siria
y Yemen, siguen sufriendo conflictos armados muy cruentos, que han
desencadenado una dramática e inédita crisis humanitaria, de dimensiones
colosales, para la que la comunidad internacional no ha ofrecido respuestas
adecuadas[5]. Las
mujeres reclaman un lugar en las negociaciones de paz, de acuerdo con los
compromisos asumidos en la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad. En Egipto, Yemen,
Siria, Libia, las libertades no están garantizadas según se constata en el
Índice Freedom in the World Democracy Under Siege 2021 (Freedom House).
En este momento, el único Estado afectado por la primavera árabe, considerado
como un país libre es Túnez[6]. Pero, la
situación actual es una incógnita, después de la decisión del Presidente Said
(25 de julio) de destituir al Primer Ministro y congelar la actividad del
Parlamento.
En cualquier caso, las mujeres
están consiguiendo que la igualdad de género se integre en la agenda política y
que se hable públicamente de este objetivo. Se ha conseguido reformar algunos códigos
de familia: en Argerla, Egipto o Marruecos. Se han establecido leyes frente a
la violencia machista, en Líbano o Marruecos, por ejemplo.
No obstante, los cambios
impulsados por las mujeres se encuentran con una notable resistencia. En Sudán
se ha declarado una guerra contras las mujeres, a raíz de las reformas que se
estaban desarrollando para responder a sus demandas. En algunos países las
primaveras árabes se han visto seguidas de auténticas contrarrevoluciones en
cuyo contexto las activistas de derechos humanos arriesgan literalmente su vida
defendiendo la causa de la igualdad.
Impacto de la pandemia
El impacto de la pandemia sobre
las mujeres se ha visto reflejado en pérdidas de puestos de trabajo y de
ingresos, en un incremento de la carga de los trabajos relativos a los
cuidados, en un recrudecimiento de la violencia de género, en la vulnerabilidad
concentrada en trabajos donde hay una presencia predominante de mujeres:
sanitarios, educación, industria alimentaria, servicio doméstico. La
interseccionalidad ha multiplicado el efecto negativo en el caso de mujeres
especialmente vulnerables, como las inmigrantes o refugiadas.
Una característica de la región
MENA es el bajo nivel de ocupación femenina en la fuerza de trabajo. Según
datos del FMI y del Banco Mundial[7]
la media regional es del 27%, cuando representan más del 50% de la población.
Las tasas de desempleo también son especialmente altas en el caso de las
mujeres. Y los salarios son muy bajos. Las mujeres trabajan más en el sector
público que en el privado.
¿Cuáles son los factores que
dificultan la incorporación de la mujer al mercado de trabajo? Según el Arab
Barometer: La falta de apoyo para el cuidado de los hijos y la falta de
transportes. 67% de mujeres en Libia y el 81% en Jordania, consideraron que la
falta de servicios para el cuidado de los hijos constituía una barrera a su
incorporación al mercado de trabajo. El 44% de mujeres en Líbano, o el 78% de
mujeres en Túnez se refirieron a la falta de servicios aprobados de transporte.
Hay problemas comunes en la
región. Sólo en 5 países: Iran, Marruecos, Argelia, Túnez y Jordania la baja
maternal está cubierta por la seguridad social. En el resto, corre a cargo de
los empresarios. La mujer está más protegida si trabaja en el sector público,
porque en el sector privado sólo se garantiza parte del salario.
Como consecuencia de la pandemia,
el PIB se ha contraído.
También en esta región se ha
documentado un incremento de la violencia de género: hay informes referidos a
Marruecos y a Túnez. [8]
Los confinamientos han forzado a las mujeres a convivir con sus maltratadores. Al
menos un cuarto de las mujeres en todos los países reporta un incremento de la
violencia de género durante la pandemia.[9]
Las tasas de desempleo han
subido, afectando en particular a las mujeres. En noviembre de 2020, la tasa de
desempleo en Marruecos era del 30% pero subía al 50% en el caso de las mujeres.
En Túnez eran el 22% y el 41%, respectivamente. Según la OIT, el empleo
femenino cayó un 4.1% en los países árabes de la región, frente al masculino
que cayó un 1.8%.[10] En
general, se puede decir que el COVID 18 ha exacerbado los problemas de las
mujeres para entrar en el mercado de trabajo y para conservar sus empleos.
Los cierres de las escuelas
también han tenido un impacto mayor en las mujeres que han asumido más carga de
cuidados, hasta el punto de que muchas se han visto empujadas a tomar la
decisión de dejar de trabajar. Según el barómetro árabe, en cinco de los siete
países, al menos la mitad de hombres y mujeres están de acuerdo o muy de
acuerdo con que el cuidado del hogar y de los niños es una responsabilidad de
las mujeres. En Libia y en Líbano una de cada 3 mujeres está de acuerdo con
esta declaración.
El covid ha afectado a los
trabajadores sanitarios, con una mayoría abrumadora de mujeres. En Egipto el
91% de las enfermeras lo son. En Líbano ocupan el 80% de los puestos de
enfermería.
Soluciones
Es fundamental, abordar la
situación post-covid y el impacto negativo de la catástrofe con recetas que
tengan como objetivo la promoción de la igualdad, incluyendo la igualdad entre
hombres y mujeres.
Se puede fomentar la
incorporación de la mujer al mercado de trabajo, gestionando las barreras:
falta de infraestructura de cuidados y de transporte. Aquí se pueden poner en
marcha políticas públicas.
Reducir la vulnerabilidad
económica, habría que tratar de promover salarios mínimos.
La voluntad política para buscar
y poner en marcha soluciones es clave. La resistencia de las estructuras
patriarcales en la región es enorme. Trabajar con las organizaciones de mujeres
y empoderarlas es esencial.
[1] ROCHE MaryClare. “Bearing the
Brunt: COVID’s impact on MENA women at home and at work”, disponible en: https://www.arabbarometer.org/2021/07/bearing-the-brunt-covids-impact-on-mena-women-at-home-and-at-work/
[2]
Para el caso de Yemen: Ewa K. Strzelecka, Mujeres
en la Primavera Árabe: construcción de una cultura política de resistencia
feminista en Yemen, Madrid: Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 2017.
[3]
Randa Achmawi, “El Papel de la Mujer en la Primavera Árabe”, Quaderns de la Mediterranía, 16, 2011,
pp. 273-281. Disponible en: http://www.iemed.org/observatori/arees-danalisi/arxius-adjunts/qm-16-es/achmawi_papel%20mujeres%20primavera%20arab_qm16.pdf
[4]
También se reclama que Túnez se adhiera al Protocolo de Maputo sobre los
Derechos de las Mujeres Africanas. Human Rights Watch, “Tunisia: A Step Forward for Women’s Rights”, 12
November 2015, https://www.hrw.org/news/2015/11/12/tunisia-step-forward-womens-rights
[5]
Se puede consultar un balance de la primavera árabe en: Amnistía Internacional,
“La Primavera Árabe, Cinco Años Después”, 2017: https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2016/01/arab-spring-five-years-on/
[6] Freedom House: https://freedomhouse.org/report/freedom-world/freedom-world-2017?gclid=CMygjMPo-dQCFUYcGwod8QYPqQ
[7] MOGHADAM, Valentine M. “COVID-19
and Female Labor in the MENA Region”, disponible en: https://www.mei.edu/publications/covid-19-and-female-labor-mena-region
[8] See Yahia Hatim, “NGOs Condemn
Surge of Violence Against Women in Morocco,” Morocco World News,
June 19, 2020, https://www.moroccoworldnews.com/2020/06/306342/incidents-of-violence-against-women-in-morocco-prompt-reaction-from-ngos; and “Tunisia Lockdown Briings More
Domestic Violence,” Asharq Al-Awsat, March 30, 2020, https://english.aawsat.com/home/article/2206776/tunisia-lockdown-brings-rise-domestic-violence.
[9] Survey 1 of Arab Barometer Wave VI.
[10] ILO Policy Brief, 2021: https://www.ilo.org/gender/Informationresources/Publications/WCMS_814499/lang--en/index.htm
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