Estamos por terminar la misión de la Fundación Mujeres por África en Nairobi. Hemos podido confirmar que el ecosistema empresarial en Kenia presenta un panorama repleto de desafíos, pero también de oportunidades para las mujeres empresarias.
Uno de los principales problemas sigue siendo el restringido acceso al crédito. La situación ha mejorado en los últimos años pero las tasas de interés siguen siendo excesivamente altas (pueden llegar de manera general al 24%). Además, a muchas mujeres se les sigue exigiendo garantías que no pueden ofrecer. Los microcréditos son tan solo una solución parcial que está dirigido a microempresas.
La falta de formación especializada es otro de los problemas. Las organizaciones de empresarias kenianas tratan de responder a esta necesidad ofreciendo formación específica a sus asociadas.
Las pequeñas y medianas empresas son actores relevantes para la economia de Kenia. Estas empresas suelen operar en la economía formal. El desarrollo de las pequeñas y medianas empresas está relacionado con el reforzamiento y expansión de la clase media. Esto es una magnífica noticia en un país que tiene un coeficiente Gini de 0.44 (0 es completa igualdad y 1 completa desigualdad) y donde por tanto la desigualdad es un problema real. En Nairobi se pueden encontrar lujosos centros comerciales, exclusivos restaurantes y exquisitos hoteles, pero también suburbios donde la miseria supera todas las expectativas.
En nuestras entrevistas con empresarias de diferentes sectores, hemos escuchado una queja generalizada sobre la inseguridad jurídica y la corrupción. La seguridad es también un problema en algunos sectores. La masacre de Garissa muestra claramente la vulnerabilidad del país, que parece superado por las circunstancias. Se estima que hay más de 500.000 refugiados somalies en Kenia y ya se han empezado a oir voces reclamando la expulsión de estos refugiados. Si Kenia se desestabiliza por la acción yihadista, Africa entera está en peligro. La seguridad global está en juego en Kenia y sorprende la tímida reacción de la comunidad internacional. Y es desconcertante que el gobierno keniano parezca sentirse más a gusto con China o Rusia. A pesar de esta situación, en el ámbito económico, Kenia está creciendo a buen ritmo - incluso con el parón del sector turístico - y esto representa oportunidades para las empresas kenianas que ven como el poder adquisitivo de la poblacion crece y con ellos sus posibilidades de negocio.
Se trata de un país puntero en el ámbito de las nuevas tecnologías y la comunicación, donde el suministro energético está garantizado. Todos estos elementos del ecosistema empresarial facilitan el desempeño de empresarias y empresarios.
Por último, las políticas de discriminación positiva desarrolladas por el Gobierno también merecen una mención especial. Parece existir una verdadera intención política de apoyar a las mujeres empresarias, aunque las empresas más pequeñas todavía encuentran dificultades para beneficiarse de estas medidas.