My Dress, My Choice

La semana pasada un grupo de hombres atacó en pleno día a una mujer, a la que golpearon brutalmente y desnudaron, en Nairobi. Los hombres atacaron a la mujer acusándola de llevar minifalda, un atuendo considerado por éstos indecente y provocador. 

Estos ataques no son infrecuentes y no ocurren sólo en Kenia, sino también en muchos otros lugares del mundo. En África oriental se han reportado casos en Sudáfrica, Malawi y Zimbabwe. Además. en Uganda, se ha aprovechado una ley contra la pornografía para introducir una prohibición de la minifalda. 

Aunque el gobierno ha declarado que se buscará y se castigará a los culpables, lo cierto es que la violencia de género queda generalmente impune. En muchos casos, y éste no es una excepción, la víctima se resiste a denunciar por temor a la estigmatización.

Lo inédito del último caso en Kenia es que el ataque fue grabado con un móvil y, una vez publicado, el video se hizo viral. A partir de ahí se ha organizado una respuesta inmediata de las mujeres kenianas que se están manifestando desde entonces por las calles de Nairobi bajo el lema: my dress, my choice.

La violencia contra las mujeres se expresa de múltiples modos, más o menos directos. En este caso, además de la violencia física, se debe denunciar la violencia más soterrada que se esconde detrás de los códigos de vestir que se nos siguen imponiendo a las mujeres. 

Probablemente no solo las kenianas, sino las mujeres de todo el mundo tendríamos que manifestarnos bajo ese lema y preguntarnos si nuestro vestido es verdaderamente nuestra elección.

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