Una aportación al debate sobre el diálogo intercultural en el terreno de la resolución de conflictos:
Enfoque
cultural y Paz
Alicia
Cebada Romero
El enfoque transcultural y la
construcción de la paz aparecen hoy en día como un binomio indisoluble (Citpax,
2009). Tanto en lo que se refiere al mantenimiento de la paz, incluyendo la
prevención de conflictos y la estabilización post conflicto, como en la
construcción de la paz, englobando su imposición en los casos en que es
necesario recurrir a la fuerza, cualquier actuación debe ser abordada desde un
enfoque cultural. La importancia del enfoque cultural en relación con la paz ha
ido acrecentándose como consecuencia de una serie de factores. En primer lugar,
desde luego hay que subrayar la creciente concienciación acerca de la
diversidad cultural. En este contexto, el multiculturalismo ha dejado también
su huella en el terreno de la construcción y mantenimiento de la paz.
En segundo lugar habría que mencionar
los cambios en la naturaleza de los conflictos internacionales. En efecto, éstos
se han transformado radicalmente en las últimas décadas. Si observamos los
distintos escenarios donde la comunidad internacional se está afanando, de
diversos modos, por evitar o poner fin a un conflicto bélico, se aprecia con
claridad que las partes o alguna de ellas no son fuerzas militares
convencionales. Lo que encontramos en cambio es un paisaje abigarrado de
insurgentes, movimientos de resistencia, guerrillas o grupos terroristas, con
lo que la distinción entre el combatiente y el personal civil se complica en
muchos casos. En este tipo de teatros las fuerzas internacionales llamadas a
imponer la paz deben necesariamente entrar en contacto con la sociedad civil
local, a la que se reconoce como un actor fundamental. Este contacto no puede
producirse si no es desde una plena concienciación transcultural. Desde el punto
de vista militar la concienciación transcultural se percibe, por tanto, como
una necesidad estratégica. Se habla del cabo estratégico para referirse a la
importancia que el comportamiento de un soldado raso puede tener para toda la
misión y para resaltar la necesidad de concienciar a todos los efectivos,
cualquiera que sea su rango, de la relevancia que tiene aplicar un enfoque
cultural en todo caso. El incidente de la quema de Coranes por unos soldados norteamericanos
en Afganistán, que obligó al mismísimo presidente de los Estados Unidos a salir
públicamente a la palestra para pedir disculpas, es un buen ejemplo de los
desgraciados efectos que puede tener la falta de concienciación cultural
adecuada de los efectivos (Martínez de Rituerto, 2012). Este incidente resulta
completamente incomprensible si se tiene en cuenta que desde 2009 en la
estrategia americana en Afganistán, el enfoque cultural figuraba de modo
prominente (Citpax, 2010). Estados Unidos ha resaltado la importancia del
enfoque transcultural y la OTAN
ha desarrollado, en 2010, un ejercicio sobre concienciación transcultural,
liderado precisamente por España, dentro del experimento MN6 (Pareja, 2009: 21).
Por otro lado, las organizaciones de
la sociedad civil, locales e internacionales, se están convirtiendo en actores
cada vez más importantes en el ámbito de la construcción de la paz. El contacto
con las organizaciones locales, el reconocimiento de la importancia de la
apropiación local en la construcción de la paz y en la fase de reconstrucción
post-conflicto, también apuntan a la relevancia del enfoque cultural. En la
retórica militar se habla en este sentido de la necesidad de conquistar los
corazones y las mentes de la población local. Pero más allá del ámbito militar,
la sociedad civil es fundamentalmente un actor relevante con el que hay que
contar en cualquier estrategia de resolución de conflictos. De hecho, una
estrategia puramente militar se ha probado insuficiente en escenarios
complejos, como Afganistán, donde se ha podido comprobar que había que
interactuar con la sociedad civil local si se quería realmente crear una
situación que permitiera poner fin a una operación que se se ha ido haciendo
más incómoda, además de insosteniblemente cara y no me refiero sólo al coste
económico. Además del esfuerzo militar,
que puede ser necesario en algunos escenarios, es imprescindible aproximarse a
la resolución de conflictos de una manera integral (comprehensive approach). La
utilización de capacidades civiles en la construcción de la paz es indiscutible
y la necesidad de organizar una buena comunicación entre los actores civiles y
los militares cada vez más imprescindibles. El contacto con la población local
y la concienciación transcultural son muy importantes cuando se trata de
aplicar esas capacidades civiles. Un ejemplo es la importancia que la
concienciación transcultural puede tener en los procesos de mediación,
incluyendo los que se desarrollan entre actores privados (Cebada, 2009). La
construcción de la paz también debe ser un proceso participativo, inclusivo y
por tanto democrático (Cebada, 2010). Esto es evidente en el caso de que la reconstrucción
post-conflicto requiera abordar empresas tan ambiciosas como la construcción de
un Estado (democrático, se entiende) o la reforma de sectores tan relevantes
para apuntalar la calidad democrática de un país y reducir su índice de
conflictividad como la seguridad o la justicia.