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Desplazados colombianos |
En Colombia, ni el crecimiento
económico constante, ni una trayectoria democrática consolidada, al menos desde
el punto de vista formal, han servido para mitigar la pobreza y la
desigualdad. La debilidad del Estado ha impedido que éste se haga con el
control efectivo de la totalidad del territorio colombiano y ha marcado su
impotencia para garantizar la seguridad y la protección de los derechos fundamentales
de la población. Después de acceder a la independencia, Colombia sufrió
enfrentamientos violentos entre distintos grupos políticos para conseguir el
control del Estado. El conflicto actual, que se prolonga ya por cinco décadas,
se inició con la aparición de movimientos insurgentes que constituían un
desafío para el sistema, actuando al margen y en contra del Estado. Los
numerosos procesos de paz no han podido detener un conflicto extremadamente
violento. Colombia es unos de los países con mayor cantidad de desplazados
internos del mundo. Sus consecuencias han traspasado las fronteras de
Colombia. Además de los millones de desplazados internos, muchos colombianos no han dudado en cruzar la frontera, huyendo a Ecuador o Venezuela. Y para evitar el hostigamiento de los militares y los narcos los guerrilleros tampoco han dudado en cruzar la frontera
cuando lo han considerado necesario.
Ahora, se anuncia el enésimo proceso de
negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las FARC), que
abre una nueva puerta a la esperanza de que la paz se instale por fin en
Colombia y se pueda hacer justicia a los millones de víctimas de este
conflicto. Los fracasos de otros
procesos de paz en el pasado auguran grandes dificultades para los negociadores.
En los años 60 surgieron con gran
fuerza en Colombia varios movimientos insurgentes, de naturaleza
fundamentalmente guerrillera. Además
de las ya mencionadas Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, de ideología comunista y extracción campesina,
comenzaron a operar el Ejército Popular de Liberación, de inspiración maoísta,
así como el Ejército de Liberación Nacional, con la revolución cubana como
punto de referencia, y cuyas filas se nutrían fundamentalmente de
estudiantes. Algo más tarde el M-19 se
sumó también a la insurgencia, con el objetivo de revitalizarla a través de
golpes más efectistas.
El gobierno colombiano ha
utilizado distintas estrategias a lo largo de los años para luchar contra la
guerrilla.