Durante el pasado año, el Mecanismo ha realizado 72 visitas. La mayoría se han efectuado a jefaturas y comisarías de policía, así como a comandancias y cuarteles de la guardia civil; aunque también se ha inspeccionado la situación en centros penitenciarios, centros de internamiento de extranjeros, centros para menores infractores o unidades de custodia hospitalarias. En todos estos lugares la persona puede permanecer detenida y en situación de vulnerabilidad, por lo que se debe extremar la vigilancia para que no sea objeto de trato inhumano o degradante o, en los casos más graves, de tortura.
El Mecanismo Español para la Prevención de la Tortura sigue insistiendo, como ya hiciera en el informe correspondiente al año 2010, en que los sistemas de videovigilancia son insuficientes. Además, allí donde existen, se han observado deficiencias en su funcionamiento. Así se ha comprobado que en algunos centros no se activan adecuadamente las grabaciones y hay problemas en relación con el tiempo de conservación de las imágenes.
Se sigue insistiendo en la necesidad de investigar adecuadamente las denuncias de malos tratos y en la obligación de cumplimentar correctamente los partes de agresiones, incluyendo fotos (de acuerdo con el Protocolo de Estambul).
De manera horizontal se aprecian deficiencias en las instalaciones. El informe se acompaña de fotos en las que se puede apreciar el penoso estado de conservación de celdas y calabozos, la limpieza insuficiente de los mismos y su reducido tamaño en algunos casos.
También preocupa la situación en los Centros de internamiento de Extranjeros (CIES). Siguen sin estar dotados de un Reglamento de régimen interno y en ellos se sigue juntando a los extranjeros que han delinquido con los que se encuentran en el CIES como consecuencia de haber cometido una mera infracción administrativa y encontrarse en situación irregular en nuestro país.
En relación con los centros de menores infractores, se critica con especial vehemencia el aislamiento. Y se recuerda que esta medida sólo se puede aplicar en casos excepcionales por su gravedad. Se aclara que el aislamiento de los menores podría ser considerado como tortura o trato inhumano o degradante. Y no se duda en calificar como tal el aislamiento en el "Tarambuco", practicado en el Centro Albaidel, en Albacete.
El Mecanismo Español ha realizado un número aceptable de visitas y muchas de sus recomendaciones han sido aceptadas por las autoridades competentes.
Esperemos que el próximo año no se tenga que volver a insistir en las mismas cuestiones problemáticas que se han señalado en este Informe que ahora se publica y que ya se habían denunciado en el anterior.
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