En la actualidad la UE cuenta con 10 representantes especiales, entre los que sólo hay una mujer (la Representante Especial para Sudán). Este dato es especialmente escandaloso si tenemos en cuenta que la Unión trata de impulsar los derechos y el empoderamiento de las mujeres en terceros países. Esperemos que ahora se elija a una mujer para ocupar el nuevo cargo. De este modo se contribuiría a aliviar el desequilibrio de género existente en las altas esferas del Servicio Europeo de Acción Exterior.
El/la representante especial para los derechos humanos dependerá directamente de la Alta Representante de la Unión Europea y representará a la Unión en los foros multilaterales donde se discutan cuestiones relativas a los derechos humanos. También presidirá el diálogo y las consultas con terceros países en esta materia.
Una de las primeras misiones de la representante especial para los derechos humanos será desarrollar el Plan de acción que acompaña a la nueva estrategia de la UE. Si hay algún mérito que no se puede negar a la Unión es que es una máquina de fabricar estrategias. Ayer presentaba a bombo y platillo la primera que aborda conjuntamente los derechos humanos y la democracia. La nueva estrategia va acompañada de un Plan de Acción que se extiende hasta 2014.
La conexión entre democracia y derechos humanos, ya se había subrayado con creces con anterioridad. De hecho en el plano de los instrumentos financieros ya se estaba aplicando el denominado derechos humanos y democracia. Para ser perfectamente coherentes el término democracia se debería también haber añadido a la denominación del Representante Especial. El nuevo cargo tendrá un mandato amplio, en consonancia con la importancia que desde la Unión se confiere a la promoción de los derechos humanos y la democracia como señas de identidad de su acción exterior.
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