El pasado diciembre, en Bonn, se bautizó al período que ahora se inicia en Afganistán como la Década de la Transformación. El gobierno afgano está llamado a tomar el relevo cuando las tropas de la OTAN se retiren en 2014.
La gran interrogante es si será posible que un gobierno debilitado que controla poco más de la mitad del territorio haga frente con alguna garantía de éxito a los formidables retos que se presentan en el escenario afgano. La primera gran tarea es derrotar a la insurgencia y pacificar definitivamente el país. En Bonn, el gobierno de Karzai se comprometió una vez más a contribuir al desarrollo de una sociedad democrática basada en el Estado de Derecho, en el buen gobierno y en el respeto de los derechos humanos, incluyendo los derechos de las mujeres. Nada de esto se podrá hacer si no es con el apoyo de la comunidad internacional. Formalmente se suceden las declaraciones en las que se promete una asistencia duradera y se señala que la retirada no equivale a un abandono. Se habla de alianzas a largo plazo con Afganistán (como el Enduring Partnership con la OTAN). Desde luego sólo a largo plazo se puede aspirar a solucionar los gravísimos problemas que aquejan al país.
Tres sucesivas conferencias servirán para calibrar el compromiso de la comunidad internacional. Una de ellas ya ha tenido lugar, en Chicago. Las otras dos se celebrarán en los próximos días, en Kabul y Tokio.
En la cumbre de la OTAN recientemente celebrada en Chicago (mayo 2012) se ha discutido el apoyo a la Fuerzas de Seguridad Afganas. El objetivo era organizar la transición para que éstas puedan asumir las responsabilidades que ahora recaen en ISAF (la misión de la OTAN). Tal y come se aclara en la declaración oficial de la cumbre, ISAF será sustituida en 2014 por una nueva misión de la OTAN que se ocupará de ofrecer asesoría, apoyo y formación. Francia aprovechó para anunciar que iba a adelantar la retirada de sus tropas. La UE se ha comprometido a seguir ayudando en el desarrollo de las capacidades policiales, una tarea que ya había asumido en el marco de EUPOL.
El 14 de junio tendrá lugar la segunda conferencia, en Kabul, donde se pretende subrayar la importancia de desarrollar una cooperación regional. Se tratará de impulsar el proceso de seguridad y cooperación regional lanzado en Estambul en noviembre de 2011 (Heart of Asia). Se considera que una estrategia regional es fundamental y que la estabilidad en Afganistán puede propiciar el desarrollo de la región. En esta cita se tratarán de establecer medidas que favorezcan el fortalecimiento de la confianza entre los Estados de la región. Dada su experiencia en este terreno, la Unión Europea debería jugar un papel relevante a la hora de inspirar la creación de dinámicas de cooperación entre Afganistán y sus vecinos.
Finalmente, la cita definitiva será en Tokio, en julio. Allí se formalizarán los compromisos de los donantes y se podrá apreciar el verdadero alcance de las promesas de cooperación. En esta conferencia se pedirá a los países que asuman compromisos financieros para después de 2014. Sería bueno que se priorizaran no sólo proyectos afganos, sino también proyectos de dimensión regional. Y desde luego hay que procurar que el dinero no vaya únicamente a las fuerzas de seguridad, sino que se dedique fundamentalmente al desarrollo de Afganistán.
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